A mis queridos seguidores, de esta su gata ronronera, que a medida que pasa el tiempo, se descubre ante su realidad inevitable...sigo siendo una delictiva...mis bajezas me has demostrado las debilidades que me provocan el sexo opuesto, lo bello que mis ojos deslumbran ante un rostro, un cuerpo y un miembro adorable, que lo único que me lleva es solamente a amarlos.
Yo, la Gatita, que buscando sus limitaciones, se ha encontrado con un sin número de prospecto que la enamoran día tras días del sexo opuesto, descubriendo mi verdadera naturaleza en ser deseada por aquellos hermosos seres de la vida...sus aromas, sus expresiones, sus atenciones e intensiones, seducen mis sentidos, vivir sin ellos es como perder la vida lentamente, vivir con ellos en sus distintas expresiones, me llenan de existencia.
Ya hacía tiempo que me he olvidado de escribir mis relatos y reflexionar a un estímulo de mi vida, mis bajezas, soy una ronronera que disfruto de los placeres de mi existencia, sin tabús, sin ataduras que amarren la libertad que la vida me ha dado y que a pesar que muchos me ha pretendido cortar, mi huida es más placentera que las mil quedadas en una misma cama.
Debo recalcar, que no solamente me gusta tener sexo, si no que llego a amar a esa persona con la que expreso mi sexualidad, puesto que para mí hacer el amor es más placentero que simplemente tener un momento de sexo.
Cuando tengo un encuentro íntimo con alguien, no es simplemente por ser una ronronera, si no porque me ha seducido con su inteligencia, me ha besado el alma con sus expresiones cordiales y me lleva al delirio con tan solo rozarme, es lo que me pasa con ese que desaparezco porque me ata a sus deseos y se deja tomar de la forma que quiero, al que le huyo por temor a quedarme y al que quiero que me ate con solo apenas rozarme.
Ya había pasado un par de meses, entre mi trabajo y mi vida social, explorando con quien quitarme todo este torrente de lujuria que mi cuerpo sostenía; aparecían uno que otro con sus pensamientos retrógrados, su idea de posesión sobre esta gata delictiva, que por un momento intentó asumir, pero que día a día se descubre su libertad. Los prospecto estaban en su punto, pero un hálito de mi existencia expresaba mi verdadera naturaleza, soy una delictiva.
De la misma manera en mucho tiempo mi cuerpo pertenecía a la pureza de los dioses ajenos a la libertad, así mismo, aparecían esos días que mi cuerpo se llenaba de pecado de no obtener la complacencia de mi lujuria.
Fue como ese que se demoró más de una semana pretendiéndome para llevarme a la cama de su hotel, en el cual apenas duró 15 minutos para según complacerme, lo que provocó una total decepción de no pretender volver a verle; como también aquel que me sedujo con sus besos entre vinos y a la hora de la entrega, parecía que estaba tratando de imitar las películas de porno, que lo que me produjeron fueron dolores de espaldas y de piernas con su pene de apenas 14 cm y delgado. Que desperdicio de tiempo y con las hormonas alborotadas.
Entre ese tiempo, me encontré con ese que me conoce cada espacio de mí, quien sabe complacerme, que experimenta mil fantasías conmigo. Nos vimos en el lugar de siempre, recalco que mis encuentros con él son sublimes, excitantes, delicados, me hace tener enésimos orgasmos múltiples, pero esa última vez, pese que lo disfruté mucho, hubo algo que me hizo falta, algo que no encontré en ese momento, algo que estaba buscando.
Estaba en mi cama, con mi teléfono jugando un jueguito interesante, y recordé a ese hombre que me le desaparezco porque besa mi alma y me ata con sus deseos; decido conversar por el chat, y como siempre extrañándonos, yo buscando como evitarlo y él buscando como tenerme.
Quedamos en vernos a la hora del almuerzo, cosa que fue imposible, pero su insistencia me hizo ir por él, en su departamento, había vivido cerca a mi trabajo, fue como las ovejas al matadero...literalmente jajajaja...me estaba esperando, un par de palabras y no evitamos juntarnos, tocarnos, besarnos, amarnos de la forma que nos encanta a los dos, con el poco de tiempo, tocó acelerar todo lo que nos gusta hacernos, dejándome otra vez con el alma seducida, con el deseo de volverlo a ver otra vez, pero con más tiempo.
No le puedo huir al deseo, soy una liberta delictiva, algún día he de encontrar a aquel me detenga en su espacio y en su misma cama...¡pero aún no todavía!
LOS AMO
GATITA
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