miércoles, 30 de diciembre de 2015

LAS LIMITACIONES DE MIS BAJOS INSTINTOS.


A mis queridos seguidores y seguidoras de esta su gata ronronera que va por los caminos delictivos de mis bajos instintos...


Hoy amanecí con ganas de reflexionar con mis experiencias y relatárselas; la búsqueda de mis limitaciones me han llevado al manejo de las personalidades de  cada encuentro que he tenido hasta ayer...sí, hasta ayer que tuve mi salida con mi caballero del pasado...una vez más mi naturaleza me domina y me obliga a retomar mis bajezas marcadas.

Estuve en la Metrópolis del Ecuador, en la ciudad que nunca duerme, la ciudad que todo lo alcahuetea, la ciudad que para la mayoría de sus habitantes es la pequeña República de Guayaquil, como alguien me lo dijo, la ciudad de las posibilidades.

Allí me encontraba, con mis intensiones de una libertina quien quería disfrutar de los placeres de la carne, esperando una propuesta que me haga sentir una "perra", (disculpando mi terminología burda), "una perra que todos se la cojan". 

Mi búsqueda inició unos días antes de mi cumpleaños (no pregunten que no se los diré) con el encuentro social al medio día con un joven muy atento lleno de mil curiosidades que compartimos una tacita de café y un bizcocho de una cafetería de la ciudad, conversaciones y una propuesta que tenemos pendiente en realizar...no niego que su presencia agradó mucho a  mis sentidos. Por la noche me encontré con otro joven quien  para mi observación, su juventud por un momento me intimidó pero de igual elevó mi ego, luego de un café, la insinuación de salir de ese lugar a uno más íntimo me motivó que sin vacilar llegamos a ese lugar...fue una noche muy tierna, me había olvidado que la ternura en la intimidad todavía existía.

En los días siguientes, seguí conociendo algunos admiradores y seguidores que solo llegamos hasta una tacita de café con bizcocho y la amistad de antemano. Hasta ese día que recibo un mensaje de mi seguidor que hacia varias ocasiones habíamos quedado en vernos pero que hasta ese momento no se daba el encuentro; nos encontramos por la noche...en un centro comercial,  debo admitir que su presencia llamó mucho mi atención y mi mente se llenó de malicia imaginándome las cosas que haría o me haría en la intimidad...esto es como el sexto sentido de una cazadora felina, mirando en que momento atrapar a su presa...llevando el control...la ironía de las cosas siempre suceden....de cazadora a cazada...jajaja.

No había conocido caballero tan transparente como aquel, dominante y seguro de lo que quería, pero en especial muy complaciente...cosas que a una gata ronronera puede dominar...nuestras conversaciones definida y sutiles nos llevaron a la habitación de un hotel y al juego de un encuentro con otra persona al cual llegó y nos acompañó. Mi caballero dominante llevó el control del juego, siempre siendo el primero en todo y dejando a nuestro nuevo amigo en segundo lugar...a mi parecer nuestro amigo se sintió muy intimidado de nuestra compatibilidad, como si nos hubiéramos conocido de toda una existencia; nuestros gustos tan parecidos, muy parecidos y lo que buscamos...no pasó mucho el tiempo que nuestro amigo decidió retirarse para quedarnos solos y terminar lo que habíamos iniciado...permítamen comentar, que para mis gustos, ese hombre cumplió todas mis expectativas, llevándome a mis limitaciones...luego de quedar agotados de tal faena, yo en especial me quedé dormida extasiada de aquel sexo que experimenté con él...el cual respetó y mas tarde salir para llevarme a mi destino.

Luego de aquel encuentro he tenido otros entre ellos algunos que he quedado con ese deseo que este caballero dominante dejó en mí...de sentirme tan vulnerable y sumisa a sus bajos instintos que han dejado huellas y expectativa de un pronto encuentro que tenemos planeado y que quizás lo haremos llegar.

A veces encontrar las limitaciones se torna una búsqueda implacable, pero siempre se la encuentra en diferentes maneras, en lo tierno y sutil; y el lo sutilmente dominante...dos experiencias en mi vida delictiva que disfruté, pero que sin embargo sigo buscando otras limitaciones que me definen mi naturaleza delictiva...eso  sí, sin dejar de recordar mis experiencias como una fuente de vida y expectativas.


Los amo

GATITA 












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