martes, 1 de diciembre de 2015

TENER SEXO O HACER EL AMOR...QUE DIFERENCIA EXISTE?


A mis queridos amigos, seguidores de esta su servidora, que cada día que  pasa, experimenta cosas que me sorprenden.



Siempre estoy en busca de mis limitaciones, de llegar a mi máxima satisfacción, odiando la monogamia y hablando mal de ella. Pero por qué se hizo la monogamia? si al final todos terminamos en ella.



En mi camino lujurioso, amando sólo con la piel y el cuerpo, me tomé la libertad de experimentar mi complacencia pasando de una cama a otra; dejándome llevar por mi deseo...a más de querer sexo necesitaba experimentar el deseo que una sola persona podría hacerme sentir.



No niego que entre algunos de mis encuentros con estos caballeros, tuve muchas sensaciones de satisfacción, desde la ternura y delicadeza, hasta la agitación y agresividad de mis deseos. Cada uno de estos caballeros me dieron algo que me conformaron...pero a más de ese estado conforme que quedé, aún esperaba más de ello, buscaba a un un cómplice, un buen conductor que manejara este vehículo que siempre estaba caliente y detenido en la vía de mi lujuria.



Por cosas de trabajo me tocó viajar a la capital; hacía tiempo atrás estaba en contacto con alguien de mi pasado, conversaciones que nos recordábamos las experiencias que habíamos tenido en nuestros encuentros desde la primera vez. Le había indicado que llegaría a su ciudad, tras una llamada me pidió que nos encontráramos antes del medio día para tomar un cafecito el cual acepté. A mí realmente me palpitaba el corazón, se me aceleraba la respiración de sólo imaginarme encontrar a ese hombre de mi pasado, como estaría. 



Como toda mujer que se hace esperar y no evidente, llegué diez minutos tarde al lugar del encuentro, allí se encontraba esperándome ansioso también de verme. Nos dimos un beso en la mejilla junto con abrazo estrecho que se sintió que los cuerpos se resaltaron...fue una sensación que hacía mucho tiempo no la había experimentado, muy agradable.



Estaba sedienta aquel día y preferimos tomarnos un jugo natural, conversamos de todo un poco, luego salimos de aquel lugar y en el camino, él con su manía de abrazarme y no dejar de tocarme, me insinuó que fuéramos a un lugar más íntimo, y yo sin vacilar acepté la propuesta. 



Adentro de la habitación, por un momento me sentí intimidada, no dijo nada, empezó a besarme tiernamente, a acariciarme, a explorarme cada espacio de mí, parecía que estaba constatando si era la misma mujer que hacía un tiempo atrás la tuvo...para mí no era el mismo hombre que conocí en el pasado, estaba más maduro, más abierto y desenvuelto en el sexo, no parecía que me hacía sexo, parecía que me hacía el amor. Tocaba lugares que motivaban mi deseo, jugaba con su boca a saborear todo de mi, mi sexo era su néctar delicioso que no dejaba de saborear, yo estaba extasiada, él solo buscaba complacerme...él logró que llegue a mis limitaciones. Luego de ello nos fuimos a comer y como el trabajo no nos justificó, tuvimos que despedirnos para seguir cumpliendo con nuestras responsabilidades. 


Esa misma noche no dejaba de pensar en la experiencia que había pasado con él, de su antes y su después, así que me dispuse a continuar con mis encuentros con mis pretendientes, que parecía que me quedaba complacida, pero al final con un vacío, con algo más que faltaba.


Me volví a encontrar con mi caballero del pasado el resto de los días que me quedé en la capital, cada vez más entregado. Me tocó regresar a mi ciudad de origen, acepté unas cuantas salidas  con mis amigos delictivos, por un momento pensé que en mi vida todo había regresado a la normalidad en la búsqueda de mis bajos instintos. Todos los hombres que estuvieron conmigo solo buscaban satisfacerse. 


Ese día recibo una llamada a las ocho de la mañana, se trataba de mi caballero del pasado quien me indicaba que estaba cerca de mi ciudad y que en donde me encontraba, había tomado su vehículo y sorprenderme…realmente lo hizo…habíamos hablado anteriormente que él vendría por mí y como de palabras no lo creí hasta ese día. Un día que compartimos juntos toda una experiencia no solo sexual, sino de conocimientos, de charlas exquisitas, le mostré algunos lugares interesantes de mi ciudad y nos tomamos por la noche unos traguitos con baila e hicimos el amor hasta la mañana siguiente, que luego se marchó. 


He estado pensando que la búsqueda de mis limitaciones de mis bajos instintos se trataba de las experiencias inusuales, puesto que no me he equivocado. Lo diferente a lo básico hace la diferencia a la hora de la intimidad; no es lo mismo tener sexo que hacer el amor…siempre los tuve separado, pero no me imaginé que una persona de mi pasado me hiciera llegar a mi máxima sensación de terminar diciendo que he quedado complacida, no por hacerle sentir bien, sino que me he sentido complacida; no sé si esta complacencia tiene un nombre o es el estado que mi pasión ha encontrado aquello que he estado buscando.


Ahora cada vez que voy a su ciudad y él sabe que estoy allá, no pierde su espacio ni su tiempo en tenerme con él, cosa que no niego que me asusta,  pero que reconozco que me gusta y que disculpando a mis seguidores, me gustaría seguir disfrutando hasta que se termine esa pasión que mi cuerpo me pide estar con él…sin perder el interés que mis bajezas regresen a mis instintos delictivos otra vez, cuando a mi caballero del pasado lo aleje otra vez de mi .




Los Amo



Gatita

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